El flan. Ese postre tan simple que siempre queda bien. Leche, huevos y azúcar, no precisa más ingredientes para deleitar los paladares más exquisitos.
Es tan versátil, que se puede aromatizar con aromas, extractos, cáscaras de frutas o especias para que no sea siempre igual.
El dulce nos vuelve locos, por eso, si quieres caer en la tentación y hacer esta tarta de zanahoria, te dejo la receta para que la pruebes.
Ingredientes para 6 personas:
Procedimiento:
Lo más complicado de esta receta es hacer el caramelo. La dificultad radica en que el caramelo no se queme, pues resultaría una pena.
Para evitar esto, hay que poner el caramelo en un molde apto para el fuego y añadirle unas gotas de agua para que se disuelva antes. La temperatura óptima es la media, pues así el caramelo se hará correctamente.
Una vez que el azúcar se empiece a poner de color dorado (y antes de que empiece a ponerse de color marrón), se reparte por la base y las paredes de la flanera en forma rotatoria, utilizando una manopla de cocina o un trapo para que al agarrarlo, no nos quememos.
Retiramos de inmediato la flanera del fuego y dejamos aparte para que se enfríe.
Durante ese tiempo, preparamos el flan. Calentamos el horno a 190º C con calor por arriba y por abajo y colocamos la rejilla en la mitad inferior.
Mezclamos los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla esponjosa. Ponemos a calentar la leche con la vainilla y la cáscara de limón para infusionarlo.
Una vez que ha llegado a ebullición, vertemos la leche caliente sobre la mezcla de los huevos, colándolo para que no caiga la cáscara.
Removemos todo sin parar con unas varillas para que se vaya integrando y que no salgan grumos. Si aún así salen grumos, volvemos a pasar la mezcla por un chino.
Vertemos esta mezcla en la flanera con el caramelo en el fondo. Colocamos la flanera dentro de un recipiente grande con agua, de manera que el agua llegue a la mitad de la flanera aproximadamente. Este es un baño María improvisado que introduciremos en el horno durante 20 minutos aproximadamente.
Antes de sacarlo, hay que comprobar si está completamente hecho. Al tocarlo con los dedos en el centro, tiene que temblar, pues es la textura correcta del flan.
Si no tiene esa textura, lo dejamos unos minutos más en el horno y volvemos a comprobar de nuevo. Sacamos el baño María del horno y dejamos que enfríe a temperatura ambiente. Luego lo introducimos en la nevera para que se cuaje por completo.
Antes de servirlo, lo invertimos para que el caramelo quede por encima. El flan puede servirse acompañado de nata montada, nueces, frutos secos, etc.